Verifactu no va a golpear a todos por igual.
Y eso, nos guste o no, es injusto.

En los próximos meses, miles de pequeñas ferreterías y negocios de suministro industrial tendrán que adaptarse a un modelo de facturación que exige una digitalización seria, continua y prácticamente sin margen de error.

Para muchos de ellos, esto no es “un cambio de programa”: es un cambio de vida.

Mientras tanto, empresas nativas digitales como Incremental.es jugamos este partido con ventaja:

  • Tenemos procesos ya digitalizados de origen.
  • Contamos con equipos acostumbrados a trabajar con integraciones, APIs, datos estructurados y reporting.
  • Podemos planificar proyectos, hacer pruebas, medir impactos y corregir con mayor agilidad.

Para nosotros, Verifactu es un proyecto complejo, sí, pero gestionable.
Para una ferretería de barrio con dos personas en caja, es un muro:

  • Coste adicional de software y hardware.
  • Dependencia total de un tercero para configurar y mantener el sistema.
  • Riesgo real de no poder facturar si algo falla un lunes a las 9:00.
  • Miedo a sanciones por errores administrativos en un entorno donde “no da la vida” para más gestión.

La intención de la norma (reducir fraude, aumentar trazabilidad) puede ser razonable.
La forma de implantarla, si no se matiza, corre el riesgo de:

  • Penalizar más a quien menos recursos tiene para adaptarse.
  • Acelerar la concentración del mercado en favor de quienes ya partimos digitalizados.
  • Dejar en la cuneta a negocios que llevan décadas prestando un servicio esencial a su comunidad.

Desde Incremental.es no celebramos esto. Al contrario.

Tenemos claro que:

  • Estamos mejor preparados que muchos de nuestros competidores y amigos del sector y vamos a poder adaptarnos antes y con menos dolor.
  • Precisamente por eso, creemos que es nuestra responsabilidad decirlo alto y claro: si la digitalización es obligatoria, también debe ser viable para todos.

¿Qué haría falta?

  • Calendarios realistas y escalonados según tamaño y nivel de digitalización.
  • Ayudas claras y específicas para que las pequeñas ferreterías y negocios de suministro industrial puedan adaptarse sin jugarse la viabilidad del negocio.
  • Soluciones sencillas, auditadas y con costes transparentes para micropymes.

Nosotros vamos a hacer nuestra parte, pero no miraremos hacia otro lado mientras muchos de nuestros proveedores, clientes y competidores lo pasan mal con esta transición.

Porque un sector más digital está bien.
Un sector más digital a costa de que caigan los más pequeños, no.

Y ahí, aunque seamos un “nativo digital”, estamos con ellos.